Reflexión del Evangelio
El Tiempo de la Pascua trata de hacer nuevas todas las cosas, de mirar la vida con ojos nuevos. Es decir, con la memoria siempre viva y activa en la mañana de la resurrección, con la esperanza de que Cristo está presente entre nosotros. No fue un fantasma el que resucitó, es Jesús vivo que pide que lo toquemos como él mismo pidió al apóstol santo Tomás. El sufrimiento es cosa del pasado. ¿Crees esto?
En la segunda Lectura de la Liturgia de la Palabra, el libro del Apocalipsis nos lo presenta así: “Esta es la morada de Dios entre los hombres; el habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será su Dios – con ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado” (Apocalipsis 21:3-4). Pero, para que el sufrimiento pase, necesitamos el amor, la compasión, la empatía de los unos para con los otros. Nada se hace por magia, se debe de poner la entrega, el compromiso a la persona. “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado” (Juan 13:34-35). El Papa Francisco nos dice que “El amor es el único documento válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús”. Ahora bien, al ya saber todo esto, ¿cuál será nuestra respuesta? ¿Nos quedaremos impávidos sin hacer nada ante el sufrimiento y la injusticia? O, por el contrario, ¿lucharemos contra viento y marea por hacer el bien? ¡De ti depende todo! ©LPi
Ordo
Notas de Misa
Introducción de Misa
Bienvenidos a nuestra celebración eucarística, en este Quinto Domingo de Pascua.
Jesús les dice a sus discípulos “que se amen los unos a los otros”. No, Jesús no les dice, sino que les manda. Así es como todo el mundo sabrá que ellos son sus discípulos. Reunidos aquí hoy nos preguntamos si la gente nos reconocerá por el amor que nos tenemos. ¿Demostramos el amor que nos tenemos mutuamente en lo que hacemos y decimos? ¿Nos amamos los unos a los otros tanto como nos ama Jesús? Que el Dios del amor nos bendiga frente al desafío de amarnos los unos a los otros.
Las intenciones de esta Misa son por todos en nuestra canasta de intenciones, por nuestras madres vivas y difuntas inscritas en nuestras novena de oración y por
Nos ponemos de pie para nuestra procesión.
Oración Universal
A. Por la Iglesia, para que manifestemos el amor desprendido de Cristo por la manera en que nos tratamos los unos a los otros, roguemos al Señor.
B. Por los pueblos y naciones, para que dejen a un lado sus diferencias y desacuerdos, y se empeñen en crear una tierra nueva sin dolores ni lágrimas, roguemos al Señor.
D. Por todos los que se gradúan durante esta primavera y celebrarán sus logros, para que estén dispuestos a enfrentar los desafíos que se les presenten, roguemos al Señor.
D. Por nuestra comunidad parroquial, para que mantenga abierta su puerta de la fe a todos los que buscan a Dios y tratan de encontrar un significado para su vida, y un hogar de fe, roguemos al Señor.
E. Por todas las intenciones que han quedado en el silencio de nuestro corazón y que ahora elevamos en oración, roguemos al Señor.
Avisos
1. Agradecemos a toda la Comunidad Parroquial por sus oraciones por el Padre Goyo. El arzobispo José Gómez quería celebrar su misa fúnebre, pero debido a compromisos anteriores, solo estuvo disponible la semana pasada, razón por la cual la misa fúnebre del padre Greg se realizó tan rápido. Una grabación de la Misa con el Arzobispo estará disponible esta semana a través de nuestro sitio web Parroquial. También los invitamos a inscribirse en nuestro servicio gratuito de mensajes de texto, donde le notificaremos sobre eventos importantes como este.