Reflexión del Evangelio
¡Feliz Navidad! Que el Príncipe de la paz colme al mundo de ella. Después de habernos preparado durante el Adviento, ahora estamos ya en el Tiempo de la Navidad. Celebrando el nacimiento de Jesús, que asume nuestra naturaleza humana y se hace uno entre nosotros. El Dios eterno entra en el tiempo y nace el Salvador de la humanidad. Este tiempo litúrgico inicia con la Solemnidad de la Natividad y termina con la Fiesta del Bautismo del Señor. El Profeta Isaías lo anunciaba con gran alegría: “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo de rey y proclaman su nombre. Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la paz” (Isaías 9:5).
Una de las principales misiones de Jesús en el mundo fue traer la paz verdadera para todos. Irónicamente, en la actualidad vivimos con tanta guerra en diferentes puntos de la tierra. Mucha, violencia en la sociedad y en las familias; vivimos en un mundo hostil, que nos lleva cada vez más al sufrimiento. Solo el amor del recién nacido nos salvará. ¿Qué regalo estoy dispuesto de dar a Jesús para que el mundo mejore? ¿Qué haré por mí mismo para ser mejor? Ya Jesús lo hizo todo por mí. Ahora es nuestro turno. Su gloria ya está aquí y le da sentido a la existencia humana. No echemos en saco roto este hermoso tiempo de Navidad, actuemos, demostremos que Jesús ha nacido en ti y en mí. ©LPi
Notas de Misa
General